Aunque la motivación principal de este viaje no se basaba en cuestiones gastronómicas, no podía dejar pasar esta oportunidad para descubrir la condimentada cocina de la India.
Si bien se trata de una gastronomía bastante variada, el denominador común en todas las elaboraciones es el sabor especiado e intensamente picante.
El masala, una típica mezcla de especias, se utiliza para condimentar varios de los principales platos, tales como verduras, pollo, cordero, legumbres, e incluso el té (o chai) al que también le añaden leche.
Más allá de potenciar el sabor de los alimentos, su uso se basa también en fines terapéuticos. Según la medicina Ayurveda a cada especia se le atribuyen diferentes propiedades beneficiosas para el organismo, e incluso se les confiere un alto poder curativo.
En el sur del país, la cocina vegetariana es la más extendida. Las calles están llenas de puestos donde encontrar una gran diversidad de frutas y verduras, cuya variedad cromática les hace realmente apetecibles. Realmente me ha sorprendido ver tan buen producto, aunque también debo decir que me gustaría poderlos haber degustado simplemente al horno, al vapor o salteados, ya que el picante, o por lo menos las grandes cantidades que ellos utilizan, enmascaran el sabor real de los alimentos.
El arroz es un alimento esencial en la cocina india, ya sea como plato principal o servido como acompañamiento, y otro ingrediente fundamental lo constituyen las legumbres. Las hay de muchísimos tipos, pero quizás las más comunes sean los garbanzos y sobretodo las lentejas, con las que se elaboran los famosos Dhal.
En el norte es más común encontrar platos de carne, básicamente con pollo y cordero, acompañados de arroz y de rotis, chapatis o naans, diferentes tipos de pan indio. También se utiliza mucho el paneer, un queso fresco de sabor ácido que puede servirse como base del plato y adobado con una salsa natural de tomate por ejemplo, o como acompañamiento de arroces o ensaladas.
Los aperitivos también son muy frecuentes en la India, y aunque es cierto que tenia ciertos prejuicios relacionados con la higiene, después de varios días paseando por las calles de diferentes ciudades sucumbí a tan apetecibles bocados. Las pakoras (mezcla de harina de garbanzos con verduras o pollo), las samosas (una especie de empanadilla triangular rellenas de patata, o también de otros ingredientes como guisantes) o las vadas (hechas básicamente de pasta de patata, cubiertas de harina de garbanzo y fritas) son varios de los snacks que aroman las calles de Benarés, Orcha, Agra o Delhi, entre otras.
Aparte de aperitivos, también es habitual encontrar puestos llenos de dulces típicos, muy atractivos a la vista pero mucho menos apetecibles para mí por su aspecto excesivamente azucarado. La base de estos pasteles es el azúcar, la harina y la leche.
Y qué decir de los Lassi que han salvado mis desayunos!!!! Desafortunadamente no creo que vaya a guardar grandes recuerdos de la comida india, pero puedo decir que los Lassi (una especie de batido cuya base es el yogur) me han parecido deliciosos. Mi favorito el de plátano.
Aun y considerando que la base de la cocina india es muy buena, que puede encontrarse un producto excepcional y que existe una gran riqueza mezcla de la fusión de diferentes culturas, debo reconocer que me ha cansado el exceso de picante. Pienso que las especias deben utilizarse para realzar sabores o dar matices interesantes, pero la demasía de las mismas los ocultan.
Quizás sea necesario otro viaje con propósitos gastronómicos en el que poder profundizar en la cocina y en la restauración, verdad?