Mayo ha sido un mes de sequía para Gastrotendencias aunque intenso en experiencias. En la recta final del curso intensivo de cocina en Hofmann, los pocos momentos libres de los que habitualmente dispongo los he dedicado a preparar el examen. La elaboración del escandallo, el redactado de la receta y alguna prueba han ocupado ese tiempo.
No debían haber nervios, tenía que ser una práctica más, un momento para el disfrute, para exprimir los últimos minutos en la cocina donde he pasado los sábados de los últimos siete meses, y así ha sido. El resultado final está claro que me preocupaba, pero tanto como ser capaz de tener una buena organización y hacer el servicio en el tiempo marcado. Creo poder afirmar que la misión está cumplida.
Este curso ha sido un estímulo asombroso, el antídoto al estrés de la semana, y aunque pensé no poder asumir el extenso contenido del mismo, no solo he aprendido a hacer deliciosos platos, sino técnicas y conceptos importantísimos que son la base de la cocina.
Hacía años que quería realizarlo, pero por un motivo u otro hasta ahora no ha sido posible. Esperaba de él no solo poder aprender, sino saciar mis ansias de estar en contacto con el mundo de la cocina. De mejorar mi conocimiento sobre el producto, de reconocer técnicas, de discernir entre un plato excelente y uno superlativo para hacer poco a poco mejores críticas.
En parte lo he conseguido, aunque las ganas, lejos de saciarse, han crecido, por lo que tendré que buscar alguna alternativa.
Las expectativas en cuanto al aprendizaje están más que satisfechas, lo que no pensaba era en encontrar un grupo de compañeros con el que conectar tan bien. Hemos vivido momentos de caos en la cocina, de tensión, se nos ha quemado algún sofrito y sobre cocinado algún pescado pero nos hemos divertido muchísimo. Por suerte, hemos tenido un “director” con una paciencia impecable que ha sabido dirigirnos, Oswaldo, un crack como cocinero, creativo, con ideas frescas, y muy buena gente.
Ha sido un inmenso placer coincidir con este equipo y vivir momentos tan agradables. Para ellos y en honor a nuestro maestro, aquí quedan algunas de las fotos de los platos más memorables, a mi gusto.
Un sushi muy digno para ser de los primeros platos y unas croquetas de jamón que han sido todo un éxito en los aperitivos hechos en casa.
El pollo con gambas, un mar y montaña gustosísimo, y la crujiente coca de recapte, con un sofrito extraordinario y una guarnición a base de verduras, pasas de Corinto, piñones, panceta curada y sardina desalada.
El salteado de verduras y setas con calamar, un plato sencillo además de equilibrado e ideal para quedar bien en una comida imprevista y sin tener que invertir demasiado tiempo.
Fantástica textura y sutil sabor de los ravioli de gambas y champiñones, un homenaje al mítico plato de Santi Santamaría.
Los canelones a la catalana son un clásico de nuestra cocina, y como supongo que nos pasa a todos, los mejores suelen ser los de nuestras madres. Pues mamá, prepárate para la competencia.
Tengo que destacar también el huevo frito con patatas, espárragos, setas y chipirones. No me resisto a los huevos, y este «con puntilla» junto con tal acompañamiento está para chuparse los dedos.
Y dos de las mayores alegrías durante el curso, por mi debilidad por los arroces, se dieron con el arroz meloso con conejo, impresionante y que ha causado furor en casa, y el arroz a banda, cuya guinda es el sucarrat que se le da en el horno, es otro 10.
No sé si por ser el último plato que realizamos es el que tengo más presente, pero el lomo de bacalao con crujientes de su propia piel y de panceta ibérica, ajoarriero y salsa de miel es mi favorito. Anhelaba poder hacer un bacalao confitado como este y el resultado es superlativo. Sin duda alguna creo que va a ser uno de mis platos “de cabecera”.
También ha habido tiempo para los postres y la pastelería, y aunque hemos hecho otras recetas, las cuatro siguientes son las que me han gustado más.
El roscón de reyes, que aunque se consuma solo en esta fecha del año, solo por aprender a hacer este brioche ya ha valido la pena, y la crema brulé, fácil pero delicada y rica.
Genial y sorprendentemente sencillo de hacer es el brownie de chocolate con avellanas y crema de chocolate, una versión diferente de este clásico que resulta deliciosa.
Y en honor a mi compañera Violeta, una maestra de las masas y la pasta, el recuerdo de la tarta tatin. Este día la bordamos, y nos proclamamos como reinas de la tatin.
A todos mis compañeros y muy en especial a Oswaldo, gracias por los grandes momentos vividos.
Escuela de Hosteleria Hofmann
www.hofmann-bcn.com
Muchas gracias a todos los profesores y estudiantes que hicieron que mi experiencia en estos cursos fue muy agradable. los profesores son muy majos ademas de ser unos chefs muy profesionales. fue una gran experiencia y me gustaria continuar aprendiendo cosas nuevas en el mismo ambiente agradable. ademas, me gustaria agradecerle mucho a Daniel Torres que es un gran profesor y gran persona 🙂
Que bueno el blog y que buenas entradas 😉
De rechupete!
Me lo guardo en favoritos!!
Qué apañao!!!!
Muchas gracias!!!
Àngels,
Que t’he de dir… en primer lloc felicitar-te per la teva publicació.
I agrair-te la teva ajuda, col•laboració i companyerisme que també han fet que aquest curs hagi estat també per a mi una gran experiència.
T’agraeixo amb modèstia la menció que em fas al teu article.
Gracies per tot i fins aviat.
Violeta
Violeta, gràcies pel comentari. Sóc la primera agraïda per l’experiencia viscuda.
Sempre serem «las Chicas Tatin».
Petons
Jo estic molt content d´haver-te conegut. Una gran companya de classe i una millor persona. Felicitats per l´article!
Saps que el sentiment és mutu.
Moltes gràcies
Fantàstic Angels!!!!!!
Gràcies guapa, i un cop més, per molts anys!