Mi afición por la gastronomía japonesa viene de bastante lejos. Entonces, en Barcelona, Yashima empezaba a ser el referente. Más tarde vendrían Shunka, y posteriormente Koy Shunka, en los que me convertí en una gran apasionada de este tipo de cocina.
Mi humilde conocimiento crítico se ha formado en los restaurantes de la ciudad Condal, ya que todavía no he podido tener la oportunidad de visitar el soñado Japón, pero creo poder reconocer una buena elaboración y un buen producto, dos características que son las primeras que se perciben en TA-KUMI.
No dudaba de la calidad de este restaurante, pues tenía referencias muy verosímiles, pero incluso así he tenido una agradabilísima impresión.
Además de técnica y producto, otra cualidad a destacar es la hospitalidad. Álvaro Arbeloa, chef co-propietario de TA-KUMI junto Toshio Tsutsui, es el perfecto anfitrión. Sin sus sugerencias, explicaciones e impecable trato estoy convencida que la experiencia no hubiese sido la misma.
Sus propuestas empiezan con un Tataki de atún con sésamo y una ensaladita de alga wakame. Un entrante buenísimo que ya deja entrever la calidad del género que seleccionan y el dominio de la técnica.
No hay mejor plato en un restaurante japonés para exhibir su producto que un Sashimi. La elección de Álvaro creo que no podría haberse mejorado. Dos pescados que me encantan, un excelente salmón, atún en dos versiones, en taquitos con miso y toro de atún, espectaculares ambos, y la gran sorpresa, el pez mantequilla. Este último, desconocido para mí, me ha encantado, se deshace literalmente en la boca. En TA-KUMI lo marinan con aceitunas verdes, lo que le confiere un sutil sabor muy agradable.
Acompañando este sashimi, un sustituto del jengibre encurtido que se suele poner, un rabanito baby que ejerce la misma función.
Los Niguiris son también alucinantes. Una ventresca de salmón que se acaba con un toque de soplete lo que le da un gusto muy diferente, diría que de umami; el Negitoro, jugosísimo; y el de pez mantequilla, que en su presentación como niguiri se adereza con boletus y trufa. Espectacular.
Otro regalo para el paladar es el Tempura Roll de langostinos y espárragos verdes. Había probado alguna versión de este tipo de roll, pero rebozados por fuera, lo que los hace más pesados. En este no se reboza el exterior sino el langostino y espárrago con lo que se consigue que, además de sabroso, sea ligero.
A continuación unas Gyozas, empanadillas japonesas de carne, hechas al estilo tradicional. Este es un plato que yo no hubiese pedido pero, por suerte, dejar que te ofrezcan tiene su recompensa. No recuerdo haberlas probado mejores.
Para acabar, el toque dulce; la Crema tostada a la citronela con lichis, una especie de crème brûlée infusionada con citronela y vainilla y acompañada con lichis, quizás algo azucarada para mi gusto, y el Marfil pasión, un cremoso de fruta de la pasión y chocolate blanco, una rica combinación entre notas ácidas y dulces, más equilibrado en dulzor.
Solo hay un detalle con el que pienso que la visita hubiese sido “redonda”, y es que creo que un restaurante con las cualidades de TA-KUMI necesita de una barra con vistas a la cocina. Quizás sea demasiado evidente, pero ver un buen trabajo en el arte del sushi es muy emocionante.
Estoy segura (y yo no sé nada….) que esta idea ya ronda por sus cabezas, por lo que solo les queda llevarla a cabo y seguir en su estándar de calidad y servicio.
Sin duda alguna, los amantes de la cocina japonesa que estén por Marbella tienen una parada obligatoria en TA-KUMI. No es un japonés más, no defrauda.
Restaurante TA-KUMI
Marbella (Málaga)
www.restaurantetakumi.com
Tel. 952770839