El título de este post resume el por qué quería visitar el 41° Experience y muchas de las sensaciones que sentí durante la cena allí.
Soñaba con vivir de nuevo una experiencia cercana a las vividas en Cala Montjoi y, salvando lógicas distancias, en ciertos momentos no cabe duda que el espíritu de El Bulli estaba presente. El concepto de snack, la puesta en escena, el ritmo perfecto del menú y la calidad del servicio, que me recordaron detalles de aquella sala, mantienen sin duda la esencia.
A parte de esto, qué más se puede decir sobre el 41°? Pues que cada bocado es una sorpresa, que existe un argumento coherente entre ellos, el que narra la experiencia viajera de Albert Adrià por un mundo culinario que le ha fascinado, y que el producto que se emplea es excepcional y su trato exquisito y respetuoso. El resto de la experiencia se completa gracias al ambiente que crean decoración y muestra audiovisual y un complemento arraigado al local, los cocktails, incluidos también en el menú.
En 41° solo hay una opción de menú, 41 snacks que se ofrecen solo durante el servicio de noche a los 16 afortunados que consiguen mesa.
Dicho todo lo anterior, el resto está en manos de cada comensal, en su predisposición al disfrute de una experiencia inusual que no cumple ningún canon preestablecido. Pienso que solo si existe esa voluntad, el goce será pleno.
El periplo se inicia con El Vermut, y lo primero en llegar es un cocktail que homenajea la zona de teatros y cabarets en la que se encuentra este local, llamado Burlesque y hecho a base de tónica, mandarina, jengibre y romero.
Acompañándolo, unas crisálidas de algodón de flor de saúco y mora silvestre y un bosque de frutos y hojas caídos de los árboles, en los que encontramos una naranja baby hecha de sorbete de naranja, una frambuesa glaseada con wasabi, una corteza de cerdo casera con polvo de aceituna negra y yuzu, y una hoja comestible de grosella negra con polvo de albahaca, canela, limón y cacao.
A continuación un nuevo cocktail, el Vino de granada, cuya combinación hecha de zumo de granada, vino de garnacha, licor de naranja y vermut, se mezcla en una pequeña barrica de roble que está en la barra y que se cura con ratafía, lo que le da a la bebida un final dulce.
Con este delicioso vino, las ya conocidas olivas esferifícadas, en su versión de Kalamata, queso feta y tomate cherry ligeramente deshidratado, todo infusionado en aceite de oliva aromatizado con tomillo, romero y piel de naranja.
El Vermut acaba con una deliciosa Pera impregnada, pera fresca infusionada con zumo de remolacha y yuzu congelado, y una Perla de sésamo negro garrapiñado.
La siguiente etapa también arranca con un nuevo cocktail, el Pizzicato five, inspirado en un grupo de música japonés de los años 90. Sake, vodka japonés, lemon grass, cardamomo, vainilla y shiso morado.
Junto con el combinado, unas Espardenyes de algas con quinoa y unos Tentáculos picantes, de arroz con kimchi.
Tras ese viaje oriental, volvemos a casa con una Tostada de panceta ibérica con trufa negra y un clásico de El Bulli, la Airbaguette de jamón ibérico, en este caso con un Joselito Guijuelo reserva de 5 años.
Homenajeando a Italia, en el segundo sotobosque de la noche, compuesto de troncos y ramas, encontramos un tronco de pan sardo con espuma de parmesano y limón, y una hoja de boletus y polvo de tomillo.
Y uno de los platos nacionales italianos, la versión de la Pizza 41° en la que la base la forma una fina capa de parmesano. Muy lograda.
Regresamos esta vez a Cataluña, con un plato muy típico, los Calçots con romescu, en esta interpretación con panko para aportarle un toque diferente en cuanto a textura, y una Alcachofa Girasol, de centro cremoso relleno de anchoas y parmesano.
Tofu de almendras con caviar y Ostra Gillardeau con ajo blanco, uva y caviar, dos delicias con un caviar inusual (o poco conocido aquí) proveniente de Uruguay.
Viajando hacia un Paisaje Nórdico, uno de los platos grandes de la noche, la Tostada y su zanahoria. Zanahoria, rábano, gelatina de remolacha, crema agria, pan de malta, queso ahumado, cebolla, hierbas aromáticas, y tostadas hechas con carne de ternera. La nieve que cubre el paisaje es polvo de vinagre. Genial y delicioso.
Del frío nórdico, a la calidez del Paisaje Mejicano, con dos nuevos bocados y otro cocktail.
Ámbar de miel de agave, tequila y lima. Para limpiar el toque punzante del destilado, un cocktail de naranja sangrita, esta vez sin alcohol y en forma sorbete cremoso ya que se prepara ante la mesa con nitrógeno líquido. Y un Ravioli de maíz con lima y chipotle. Picante, estamos en Méjico.
Más al sur, otro de los paisajes que más ha fascinado a Albert Adrià en los últimos años, el Paisaje Peruano, y dos snacks que son los más representativos de su gastronomía. Por una parte, el ceviche, en una interpretación llamada Taco Don Pedro, de pez limón y boniato caramelizado con naranja delicioso. Por otra, un Maki Causa con wakame y caballa ahumada, acompañada de una ensaladita de vegetales encurtidos para refrescar. Y como no, estando en Perú no podía falta su bebida nacional, un cocktail de pisco, en este caso aderezado con manzana verde, piña y apio.
Cambiamos de continente, hacia el descubrimiento de tres paisajes también muy significativos para Albert, todos ellos dentro del territorio asiático.
El Paisaje Vietnamita, en el que descubrimos el rey del Street food, el Banh Mi, de cochinillo ibérico, verduritas encurtidas y salsa sriracha. No he visitado Vietnam, pero si los Banh Mi los hacen como este quiero irme mañana mismo.
En el Paisaje Japonés convergen tres maravillas, un Temaki de atún picante, un Erizo Kaiseki sensacional, acompañado de yogur, puré de boniato y gelatina de mandarina, y otro de los platos estelares, el Bacalao negro asado, condimentado con salsa miso y ajo negro. La textura es espectacular. Se acompaña de jengibre infusionado con maíz morado y pepino, para rebajar el graso del bacalao, aunque por el tamaño no creo que sea necesario.
Sorpresa en el Paisaje Chino con la Sopa de aleta de tiburón, pero en 41° sabemos que no todo es lo que parece. Compuesta de una almeja, shitakes frescos, caldo de pollo y gelatina del propio caldo que es el que representa la textura de la aleta de tiburón. Textura 100%
Regresamos al Paisaje Mediterráneo con un Tubinambo con salsa de trufa y ensalada de berros, y con unos Espagueti Vegetales con crema de piñones y trufa negra, hechos con tallos de espinacas.
Aunque particular, el Solomillo con patata soufflé, gelatina de vinagre y salsa bearnesa es una adaptación del clásico steak con patatas. Deliciosa carne y aderezo perfecto.
Finalmente, la Tapa de foie, sobre una copa de un delicado Jerez Palo Cortado de 30 años. Delicioso merengue de miel tostado, foie gras mi-cuit y trufa negra.
El tránsito al Mundo Dulce llega con el último cocktail, el Jardín Vertical, muy similar al daiquiri pero con pera, vainilla y hoja de shiso verde. Encumbrado con espuma de yogur y té verde.
Tras él, el paraíso de los golosos y golosas (como yo) en forma de snacks dulces. Palet de chocolate, Tiramisú de Bailey’s, Cupcake de tarta de limón, Borracho de naranja sanguina, Merengue de grosella negra y helado de yogur y limón, Marshmalow de fresa, Polvorón de hueso de melocotón, Roca mimética, Lingote de frambuesa y Bombón crujiente.
Sin duda alguna, la “Experience” está más que lograda, el sueño más que cumplido.
41° EXPERIENCE
Avinguda Paral·lel, 164. Barcelona
www.41grados.es
Brutal. Cualquier adjetivo se queda corto… Por cierto, amén de los cócteles, ¿qué bebísteis?
Muchas gracias. Es una experiencia diferente en todos los sentidos, de esas que pienso que solo puede tener adeptos acérrimos o grandes detractores. No creo que puedan haber términos medios.
Por lo de los cócteles, eran parte del menú, muy acertados y una delicia.
Un saludo
Àngels, creo que me he explicado entre mal y muy mal. Me refería a, si amén de los cócteles incluidos en el menú, bebísteis algo más.
Ups!!! Sorry,,,, Pedimos una botella de vino, un Côtes du Rhône (Il fait soif). El maridaje (aunque no somos grandes entendidos), no nos hacía mucha ilusión, y entre el vino y los cócteles ya tuvimos más que suficiente.