Aunque he tenido mi blog «aparcado», que no olvidado, por motivos que no vienen al caso y tengo muchas crónicas pendientes, esta merece ser la que estrene de nuevo la actividad.
El merecimiento se lo ha ganado por haber sido un acontecimiento totalmente diferente a lo que estoy acostumbrada a explicar, por la particularidad de la situación y por haber conseguido hacerme desconectar de nuevo de una rutina agobiante (aunque solo haya sido por unas horas).
El destino fue un día gentil conmigo y quiso que coincidiese con Valeska y Fernando, dos amantes y profesionales del vino y la gastronomía con una sensibilidad muy especial y autores del blog paladarytomar.com. Gracias a ellos, el miércoles pasado asistía a una excepcional cena-maridaje cuyo protagonista e inspirador fue el gran Dalí.
Dalí en la mesa y Cadaqués en la copa aunó los esfuerzos de Alessandro Castro, una eminencia en el ámbito de la cultura gastronómica italiana, como responsable del menú, de Ivo Pagès de cuya vinya situada en Cadaqués provenían los vinos que maridaron la velada, y como no, de los anfitriones de la noche, Fernando y Valeska, que pusieron a disposición de los 24 asistentes su Azotea para que disfrutásemos de una experiencia «surrealista».
El menú se inició con un primer plato que interpretaba dos de las imágenes de Dalí que posiblemente se hayan convertido en los símbolos más conocidos de su obra: un reloj blando de «La persistencia de la memoria», elaborado en este caso con queso caciotta ahumado y derretido a temperatura ambiente, o el famosísimo huevo, un emblema muy recurrente a lo largo de toda su obra, relleno de crema de marisco y decorado con un colorante brillante que aportaba la magia que siempre rodeaba a este genial personaje. A estos emblemas les acompañaba una ensalada deliciosa y muy original de tomate, naranja, pimiento y pepino texturizados cual golosinas, aderezada con un aliño de cocktail margarita, salsa de rúcula y sopa de melón, todo sobre una base de crujiente de maíz, que homenajeaba los escarceos de Dalí con el cubismo.
El vino elegido para este plato fue el Sirenes, un blanco muy interesante, aromático pero fresco y con equilibrio, con crianza, con complejidad, bastante mineral y con cuerpo. Elaborado con chardonnay, garnacha, macabeo y un toque de moscatel.
El siguiente plato está inspirado en la pintura “Los cinco tigres” y perfectamente representada con unos riquísimos triángulos de pasta fresca hecha con tinta de sepia y rellena de brandada de bacalao acompañada de una salsa de atún, fumet de pescado, ralladura de naranja y alga Wakame. Acertado no solo en aspecto sino en sabor.
El segundo vino de la noche fue el Pirata, un tinto crianza sin madera, hecho en depósito inoxidable. Garnacha, samsó, sirah, monastrell y petit verdot, muy afrutado, redondo, muy fácil y agradable.
Otro de los reiterados símbolos de Dalí son las mariposas, en este plato están representadas con una suculenta bressaola con crema de café y salsa de azafrán. Le acompañan las piernas de Gala del cuadro Leda atómica, hechas de unos jugosísimos muslitos de codorniz recubiertos con almendra y naranja.
Maridando con este plato S’Alqueria, un vino de cariñenas de 80-90 años y garnacha de 60 años con un toque de petit verdot y un toque de macabeo blanco. Un vino muy concentrado y particular, potente y complejo.
Llegamos a los postres con otro símbolo de Dalí, el “Sofá de Mae West”, una chocante y estupenda combinación de sabores. Chocolate y fresa para los labios y nata picante con polvo cítrico para la salsa.
Poco más cabe decir del dignísimo nivel gastroenológico de la noche pero sí debo destacar otra sorpresa que no imaginaba y que vino dada por la diversidad de comensales, aparentemente muy diferentes entre nosotros, pero con un denominador común: el interés por la buena mesa. Ese fue sin duda el tema de la noche y, cómo no, disfruté tanto degustando como conversando. Es tan placentero hablar el mismo idioma! Y es que a veces me siento como una extraterrestre hablando de comida con quien no comparte afición y cuando se da este caso pasaría horas.
Interesante experiencia, “surrealista” cena, peculiares vinos, gran compañía y unos impecables anfitriones.
Valeska y Fernando, GRACIAS.
http://www.paladarytomar.com
Àngels, gracias por expresar tus impresiones y por trasmitir una noche tan especial. Ahora sí que podemos decir con certeza aquello de «objetivo conseguido».
Fue un placer teneros allí y que haceros disfrutar. ¿La próxima?… pronto.
Un fuerte abrazo @gourmetilla.
El placer fue mutuo por lo que objetivo más que cumplido.
Felices de compartir momentos de placer gourmet.
Besos 😉
Àngels, gracias por haber dedicado tu tiempo a interpretar y transmitir vuestras sensaciones. Estamos felices de ver que alcanzamos nuestros objetivos con nota :)!!!!
Las fotos, buenísimas, aprovechaste bien tu posición «VIP».
Repetiremos!