Árbore da Veira: el efectismo de una cocina con mucho fondo

Luis Veira hacía realidad su sueño de comandar su propio restaurante a finales del 2012. Los inicios fueron algo complicados pero la libertad de defender su cocina ha podido con todos los obstáculos.
A Luis, chef y propietario de Árbore da Veira, se le reconoce ya como una de las grandes promesas de la cocina gallega.
En poco tiempo ha conseguido su primera estrella Michelin y su futuro se augura exitoso.
Formado en grandes casas como El Celler de Can Roca, El Bohío o Alborada, en éste último donde también consiguió una estrella estando al frente de sus fogones, posee un dominio técnico y un sentido estético admirables.

En Árbore da Veira se respira sosiego nada más entrar. El atractivo contemporáneo del local y los cuidados detalles de la sala descubren rápidamente el carácter de su cocina, minuciosa y metódica.
Sólo 5 mesas, separadas por un amplio espacio, y atendidas con precisión por un esmerado servicio de sala.
Dos son los menús degustación que aquí se ofrecen, Raíces y Árbore. Diez y quince platos respectivamente que varían según el producto de temporada, la calidad del mismo y la elección de Luis.
Elaboraciones complejas, en ocasiones excesivas, que mezclan memoria, territorio, experiencia e imaginación, además de un meticuloso sentido estético.
La importancia de la vajilla, el alarde de técnica y la sugerente presentación crean un conjunto llamativo y provocador. Pero detrás de lo puramente visible, hay producto, destreza y sabor.

El menú se inicia con una sucesión de originales aperitivos anunciados en papel de arroz comestible. Gin fizz, aceitunas sféricas, mantequilla de tomate y pimentón, crukis de roquefort y pasión, cucuruchos con tartar de jurela, caramelo de cebolla con bacon y avellana, camarón tomando el sol y falso pimiento.

SNACKS
Le sigue una refrescante ensalada de tomate y anchoa muy agradable, un trampantojo que recuerda una elaboración del restaurante Atrio, la cereza que cayó del árbol, y una estupenda sardina ahumada con queso San Simón y angulas.

Ensalada, Cereza y Sardina

Soberbia navaja con pilpil de limón y pimientos del padrón, fabulosas zamburiñas con jugo de tuétano y caviar de café y exquisito Dim sum de tendones de vaca y gamba gallega con té de boletus. Tres platazos.

Navaja, Zamburiña y Dim Sum tendones

Buen tándem el de la gamba roja de Menorca y la pipa de caldo dashi, aunque hubiese eliminado las hojas de tomillo, algo molestas para su degustación. Sabroso cangrejo azul de concha blanda con yema de huevo y kétchup casero, muy al estilo Diverxo.

Gamba, Dashi y Cangrejo

Otro gran plato es el de pulpo a la brasa con crema de nécoras, jugosísimo. Algo decepcionante el guiso de setas con cigala a la plancha, excesivamente salado.

Pulpo y Cigala

Excelente merluza a 63º con guiso de habas que da paso a una falda de ternera gallega y arroz de vaca desmesuradamente sazonada. Sobrado de sapidez y cantidad.

Merluza y Falda ternera con arroz

Los dos primeros postres se me antojan livianos y refrescantes pero el dulzor destaca más que las cualidades esperadas. Remolacha en diferentes texturas y postre de manzana.

Remolacha y Manzana

Finalizamos con una torrija caramelizada con cardamomo, nuevamente muy azucarada, y una bonita composición hecha en directo en la mesa de petit fours, que tras copiosa comida quedan desgraciadamente casi intactos.

Torrija y Petit Fours

Un gran menú en líneas generales solamente enturbiado por dos errores de ejecución y unos postres que, a mi gusto, deberían ser más ligeros, frescos y menos edulcorados.
Aún así, la relación calidad-precio de Árbore da Veira es inmejorable, así como la atención de Luis y el ambiente.

Restaurante Árbore da Veira
Rúa San Andrés, 109, A Coruña
Tel. 981078914
http://www.arboredaveira.com

Publicado en Restaurantes, Viajes | 4 comentarios

Casa Gerardo: La magistral simbiosis entre tradición y vanguardia

Casa Gerardo forma parte de esa liga de restaurantes que no precisan de presentación alguna. Su larga y fructífera trayectoria le ha llevado a convertirse en el emblema de la cocina asturiana, además de uno de los restaurantes más acreditados de nuestro país.
En mi último tour gastronómico esta gran casa era una de las paradas más deseadas y, por tanto, una de las que mayores expectativas despertaban.
En el ámbito ideológico me ha fascinado por la extraordinaria fusión entre historia y modernidad, un vínculo tan trabajado que no deja entrever fisura alguna y que sorprende por su naturalidad.
En sólo unos pocos trazos queda patente el esfuerzo de Pedro y Marcos Morán por conseguir éste gran logro.
Sin tener el placer de conocerles en persona, imagino al señor Pedro Morán buscando la excelencia en su recetario de clásicos e intentando contener la explosividad de Marcos, cuya mente se ilusiona con innovar.
El tándem funciona, y en su menú conviven los platos que tanto contentan al cliente de toda la vida como al interesado en la novedad.
Tras el telón queda claro que hay empeño y dedicación, pero en escena la fórmula se desvela con sencillez a través de una fabulosa materia prima cuyo respeto hacia la misma es su principio único.

En mi primera vez aquí, mal que me pese que así sea, no puedo más que alabar la cocina de Casa Gerardo. Algunos de los platos de su menú contemporáneo entraron directamente a mi ranking 2014 de memorables.
En otro ámbito, no obstante, el servicio me dejó algo indiferente. Sin hacer especial incidencia, puesto que puedo disculpar ciertos detalles cuando el nivel gastronómico lo eclipsa todo, la atención fue distante y los tiempos algo atropellados hasta bien superado el segundo tercio del almuerzo.
Pensaré que fue algo inusual y me centraré en lo que realmente es una garantía de placer, los 25 pases del fabuloso menú Prendes.

El primer apartado se dedica a un fenomenal aperitivo que incluye «cocktail» de bienvenida, la Margarita Manzana, 4 snacks (bocadillo crujiente de quesos, oreo cafecao, panza de cochinillo y croquetas de compango) y un original «vermut» en 3 pasos que va «de la anchoa al fino» (airbag con anchoa, aceituna con gelatina de vermut y sopa de aceituna gordal).
AperitivoVermut

Tras los primeros bocados, el homenaje a «El Mar y el Huerto» acerca a la mesa alguno de los platos que me someten por completo al disfrute. La Ostra en tartar con tomate y sidra no es la que más destaca a mi gusto, pero la Chopa y Nabo me fascina. La naturalidad y sutileza de platos como éste son una de mis debilidades. Simplemente producto, levemente ahumado y aderezado con un suave aliño cítrico. Le sigue una humilde Sardina con pepino encurtido, elevada en esta elaboración a exquisito manjar. Un plato que persistirá en mi memoria visual y gustativa por mucho tiempo. Pero hay más… Las Quisquillas con arbeyos, otro delicado plato que emana refinamiento. El consomé de las cabezas de quisquilla es maravilloso.

Mar y HuertoContinuamos con tres propuestas con las que Casa Gerardo pretende honrar al «Producto y el Sabor», un propósito que pienso queda a medio camino con el Bonito con consomé ahumado, excelente en textura aunque parco en sabor, pero que rápidamente solventa con las soberbias Cocochas planctónicas, excelentemente confitadas con pilpil y plancton, y con un mayúsculo Salmonete, perfectamente cocinado a baja temperatura y acertadamente aderezado con puré de soja y miso blanco. Sin duda, éste el momento álgido del menú.

Producto y Sabor

Cambiando de tercio, y sin que decrezca el nivel, la transición hacia la fabada pasa por degustar en primer lugar su magnífico jugo con unas riquísimas verduras encurtidas y una gustosa cabezada de cerdo ibérico de Joselito.

Transición cárnica

El paso siguiente y necesario, cómo no, es la Fabada. No hay otro plato más mítico en Casa Gerardo que éste, y tras saborearlo entiendo aún más la perpetuidad del mismo. Tradición sin complejos. No existen motivos para tenerlos.

FabadaPero el festival no acaba aquí. Una selección de quesos de Asturias (beso de Rey Silo, Casius y Vare) da paso a la parte más golosa. Un bramble de pera, el Choco-Martini-Pasión (crema de chocolate, gel de Martini y sorbete de fruta de la pasión) y el helado de piña asada con leche de jengibre combinan ácido con las primeras notas dulces.

Quesos y Dulce ÁcidoLa traca final que cierra un exorbitante menú es otro clásico de la casa, la crema de arroz con leche. Tan copioso como deleitable.

Crema Arroz con leche

Una amplia bodega acaban de completar la propuesta de un restaurante centenario que puede que viva su momento más dulce.

Casa Gerardo
Carretera AS-19, km.9
Prendes (Asturias)
Tel. 985887787
http://www.restaurantecasagerardo.es

 

Publicado en Restaurantes, Viajes | Deja un comentario

Güeyu Mar: La sumisión al producto

Mi capacidad lógica no está demasiado enfocada a formular teorías, pero desde hace un tiempo defiendo con bastante entusiasmo una conjetura hasta hoy innegable. Tengo pleno convencimiento en que el éxito que alberga un restaurante ubicado en un recóndito lugar, prácticamente aislado y con un acceso algo enrevesado no puede ser otro que su buen hacer.
Sí, ya sé que puede parecer algo obvio, incluso absurdo, y seguramente me desmontarán la hipótesis en un tris, pero entretanto seguiré creyendo en ello.
Mi discurso, incoherente o no, me viene al dedillo para hablar de un lugar al que volvería mil veces, fuera cual fuese su remoto emplazamiento. Ese lugar no es otro que Güeyu Mar, un «humilde» asador en el que se cumplen las dos máximas que mayor placer pueden dar a un comensal: una materia prima excelente y un trato exquisito, tanto hacia el producto como al visitante.
Fachada GüeyuMarAl frente de éste entrañable lugar está Abel Álvarez, un maestro en la parrilla, además de cordial anfitrión, el cual se ha sublevado a los patrones establecidos para defender su propio método.
Sin poner en entredicho a las grandes parrillas del país, ni mucho menos, la técnica de Abel consigue emocionar con una inverosimilitud portentosa, convirtiendo Güeyu Mar en uno de los restaurantes más deseados.
En su arte la transparencia es casi absoluta, salvo por el secreto que alberga el agua con la que rocía el pescado. Por lo demás, una amena charla y la parrilla que preside la entrada al restaurante evidencian el resto.

ParrillaSólo cocina pescados grandes, y siempre abiertos o cortados en rodajas, su seña diferenciadora. Y no pregunten por los tiempos, el instinto y una holgada experiencia son su única guía.
Los resultados no dejan impasible.

En mi primera visita mi fijación era probar el Rey, pero el resto lo dejé en manos de la recomendación.
Con sólo saborear el soberbio salpicón de bogavante ya tuve ganas de vitorearles. Nunca comí nada igual.

SalpicónLa honradez del buen producto se materializa en un excelso tataki de bonita. Su aspecto habla por sí mismo.

Tataki bonitaY el colofón esperado, un Rey del que Abel tuvo la amabilidad de separar diferentes trozos tras comentarle en la petición de reserva mi intención.
Por más halagos que se le hayan atribuido tanto al pescado como a su elaboración nada igual como degustarlo. Absolutamente divino.

ReyPara el postre, de nuevo una grata recomendación, las tartas de queso que elabora Luisa, la esposa de Abel. Me decanto por la de Gamoneu y el acierto es pleno. Fantástica textura y puro sabor.

Tarta quesoPoco que añadir a lo dicho, más que me rindo ante una aparente sencillez que alberga las cuotas más altas de sinceridad que pueden manifestarse en una cocina.
Si a ello le sumamos el buen servicio y el bonito enclave, la fórmula es infalible. Un absoluto imprescindible al que no veo la hora de volver.

Restaurante Güeyu Mar
Playa de Vega, 84. 33560 Ribadesella (Asturias)
Tel. 985860863
www.gueyumar.es

Publicado en Restaurantes, Viajes | Deja un comentario

El Cenador de Amós: la solidez del estandarte cántabro

El Cenador de Amós es desde hace años el gran referente cántabro de la alta cocina, una parada obligatoria para cualquier amante de la buena mesa que visite la zona, e incluso diría que un lugar por el que merece la pena organizar un viaje.
Aunque la trayectoria de Jesús Sánchez no pasa desapercibida por aquellos que amamos la gastronomía, bien es cierto que para mí visitar su preciosa casona ha supuesto un maravilloso descubrimiento.

A pesar de pensar siempre que es preferible no crearse grandes expectativas, con carreras tan sólidas y notorias es complicado no hacerlo.
Con una idea más o menos preconcebida pues, afirmaría que mi comida allí ha supuesto una de las sorpresas más agradables que he tenido últimamente.
Llegar al recinto que alberga El Cenador ya lo es en sí. Una casa-palacio datada en el siglo XVIII, restaurada con el más absoluto respeto a sus orígenes y decorada de forma elegante y sobria resulta el marco perfecto para la cocina de Jesús.
El sosiego y la luz del patio que alberga el comedor principal crean una atmósfera tan confortable que el deseo más inmediato que siento es poder detener el tiempo.
La misma exquisitez que radia el ambiente es la que transmite el personal de sala. El buen hacer y la experiencia de Nuria Martínez, sumiller y camarera, consuman la excelencia.
Espacio y actores se integran para dar el merecido protagonismo a cada uno de los platos presentados.
Tres son los menús que conforman la propuesta gastronómica: tradición, un paseo por los platos de siempre; emoción, una revisión de dicha tradición; y pasión, un gran recorrido por lo más actual.
Ninguna de ellas puede ser desacertada, pero en esta ocasión la pasión manda.

El menú se inicia con una selección de estupendas tapas precedidas por la simbólica Anchoa de Cantabria, sutilmente acompañada con queso y caviar de albahaca. Todo un estandarte de producto a la vez que magnífico. No lo son menos el Bonito de costera, aceituna, tomate y cebolla ni el Tartar de mango con carabinero y emulsión de algas, aunque el Pincho de tortilla cristalizada conquista rápidamente la cúspide.

Aperitivos 1

Sin bajar el nivel, una delicada y bella tapa, el Tomate, bacalao y puerro, el inverosímil y sabroso Timbal de huevo con magano de «guadañeta» o la excelente Chuleta, un pincho de esos que desearía convertir en plato.

Aperitivos 2Atrevimiento, ingenio y modernidad a la vez que distinción, sabor y culto al producto. Adjetivos que se desprenden de los primeros aperitivos degustados pero que se reiteran durante el resto del menú.
El dominio de los puntos de cocción se constata con el Arroz con bogavante y la Dorada con jugo de aceitunas gordales. Sencillamente insuperables.

Arroz bogavante y Dorada con jugo aceitunasY hablando de poderío, no hay mejor ejemplo por destacar que la imponente Carne de Brócoli, una elaboración que sublima una humilde verdura a la categoría del mejor de los productos.

Carne de brócoliCon el Pichón asado, albóndiga, gominolas de remolacha y mostaza llegamos al vértice de este gran recorrido por la cocina de Jesús Sánchez. Otro excelente plato que no consiente ni un pero.
El plato de Callos, aunque fuera de menú, es un capricho que no podía faltar. Ansiaba probarlos, y ahora dudo que pueda olvidarme de ello.

Pichón y CallosEn el apartado dulce, un pequeño altibajo con el pre-postre de pepino, refrescante pero algo insípido, se soluciona rápidamente con el Postre del Indiano: café, chocolate y especias. Equilibrado y redondo.

PostresEspecial mención debe hacerse a la carta de vinos, cuidada, amplia y con referencias interesantes a precios lógicos.
El nombre del menú (Pasión) constituía un presagio, aunque nunca imaginé que éste se transmitiera con tanta fuerza y contundencia. Aún siendo ésta mi primera visita a El Cenador de Amós no tengo la menor duda que la solidez de su propuesta gastronómica y el nivel general de su oferta y servicio está en su momento más álgido.

Si bien lo comentaba al inicio del post, asevero con total convencimiento que El Cenador bien merece planear un viaje.

Restaurante El Cenador de Amós
Plaza del Sol, s/n, 39793 Villaverde de Pontones (Cantabria)
Tel. 942508243
http://www.cenadordeamos.com

 

 

Publicado en Restaurantes, Viajes | Deja un comentario

Dos Cielos: homenaje al producto

24 pisos son los que separan el mundo terrenal de una experiencia culinaria muy próxima a lo celestial. 24 pisos que dejan atrás el ajetreo de la ciudad Condal para dar paso al sosiego inaudito de un restaurante cuya cocina queda abierta al comedor.
La luz natural que llena la sala durante el día y las vistas privilegiadas de la ciudad son parte del lujo que supone esta visita.

El resto corre a cargo de Sergio y Javier Torres, quienes han logrado conjugar dos estilos fraguados por separado en una única propuesta tan personal como sorprendente.
Se amparan en la influencia que ejercen sus raíces y su memoria gustativa para dar significado a su cocina, pero sus elaboraciones gozan además de un gran dominio técnico y mucha coherencia.
La calidad e identidad del producto componen el eje alrededor del cual se conforma la cocina de Dos Cielos. En sus platos suele haber un protagonista único, el resto de componentes lo reverencian.
Sabores atrayentes, amables, atractivas presentaciones, cocciones impecables. Autenticidad sin estridencias.
Esa elegancia de las elaboraciones es la que transmite el ordenado cometido de una cocina que trabaja sorprendentemente silenciosa. Me embelesa observarles.

La formalidad de la cocina se traslada a la sala, aunque en este caso extraño la simpatía que transmiten Sergio y Javier. Riguroso y correcto trato a excepción del servicio del vino, insólitamente  poco orientador y protagonista de una molesta situación que nada tiene que ver con el nivel general, pero que enturbia una jornada que se antojaba excepcional.

Pero hablemos del fantástico menú, todo un homenaje al producto.
El tomate de la huerta y un «bizcocho» de batata brasileña son los dos aperitivos que componen un preludio rico en sabor pero falto de emoción.

Aperitivos

Antes de entrar en materia la bandeja de panes, elaborados con masa madre por el mismo restaurante, me devuelve la ilusión. Aceitunas de calamata, tomate, rústico, orejones o nueces. Fabulosos al igual que peligrosos para los panarras, entre los que me incluyo.

Panes

El plato con el que rápidamente se manifiesta el ingenio que fluye en la cocina de Dos Cielos llega acto seguido. Lo protagoniza un fruto poco habitual en la cocina salada, al menos que yo tenga referencias, y que se convierte en la primera sorpresa. La algarroba de Collserola, presentada en diferentes texturas.
Tras la untuosidad del primer plato, un refrescante granizado de tomates, aceitunas y ahumados de río. Bello y agradable a partes iguales.

Algarroba y Granizado TomateContinuamos con otra elaboración cuyo protagonista vuelve a ser un fruto, la berenjena frita con coriandro, comino y verdolagas, del que destacan sus múltiples matices y carnosidad.
Con “El Cáliz” de ajo negro de Las Pedroñeras el menú alcanza un nivel admirable. Intensidad perfectamente mesurada. Nunca hubiese imaginado un resultado con tal equilibrio y sabor.

Berenjena y Ajo Negro El carabinero de Huelva con algas, pepino y estragón es un gran ejemplo de lo que debe ser el respeto por el producto. Elegancia y sutileza.
El dominio de los puntos de cocción se confirma en un excelso San Pedro con jamón ibérico, pan y tomate.

Carabinero y San Pedro Aunque a priori la combinación de sabores no me convenciese, la paletilla de cordero lechal a la brasa, albaricoques, anchoas y migas es otro plato admirable.
Pero el colofón lo protagoniza el cochinillo ibérico crujiente con manzanas y flores. Desde el último que comí en el Àbac de Xavier Pellicer no había tenido placer semejante. Excepcional.

Paletilla cordero y Cochinillo Algo menos sorpresiva me resulta la parte dulce. Como prepostre, el bizcocho de frutos rojos, sorbete de cassís, frambuesa y vainilla de Tahití, aunque rico, no me parece estar a la altura de este magnífico menú.
La interpretación del Gin & Tonic es no obstante un agradable final. Refrescante y aligerante.

Postres
Sobre la carta de vinos, comentar que la oferta es amplia y variada aunque desmesurada en precio. Mejorable la atención de la sommelier, algo insistente en saber con rapidez el vino elegido y con aparentes pocas ganas de asesorar.
Tras insistirle propone finalmente un Leon Beyer de 2012, pero al hacerlo para los platos de carne la única opción que parece haber disponible es un Fulanito 2012 que además sirve sin consultar. Desafortunada alternativa además de insultante por los 9 € por copa cobrados.

Dilucidadas las excepciones, aunque de importante solución, comer en Dos Cielos vale muchísimo la pena por su gran nivel de cocina y por su personal propuesta culinaria.

Cuina

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Restaurante Dos Cielos
c/ Pere IV, 272-286. Hotel Melia Sky Barcelona
Tel. 933672070
http://www.doscielos.com

Publicado en Restaurantes | Deja un comentario

Els Casals, la honra de la cotidianidad

Se suele decir que más vale tarde que nunca, y en éste caso prefiero conformarme con el aforismo que atormentarme por no haber visitado Els Casals hasta este mismo año.
Y es que Els Casals es de esos restaurantes a los que volvería una y otra vez sabiendo que el resultado va a ser un acierto seguro.
Ésta, por supuesto, no es una afirmación que hago a la ligera tras una única comida, no. Tres han tenido la culpa, una muy reciente, y han sido más que suficientes para conocer una cocina que rebosa coherencia y sinceridad.

Els Casals es el proyecto de toda una familia que vive por y para su negocio, un hotel-restaurante que se provee en gran parte de la propia huerta y la cría de animales. Como ellos mismos dicen, «cerrando círculos», porque su cocina sólo puede entenderse como parte integrada en el paisaje.
Pero no nos confundamos. Aunque abogan por el abastecimiento propio, en su carta conviven otros grandes productos tanto locales como foráneos en perfecta consonancia, porque aquí lo que importa por encima de todo es la calidad.
Además de respetuosa con su gran máxima, el producto, la cocina de Oriol Rovira cumple con un argumento racional, la temporalidad del mismo. En sus elaboraciones nada se disfraza, no hay notas discordantes, simplemente la racional unión de ingredientes.
Justas cocciones, sobriedad, amables contrastes y cuidadas presentaciones. Tradición y contemporaneidad en lógica armonía.

El círculo, no obstante, no se completaría sin la aportación de David Gomis, sommelier y director de sala. De trato afable e intachable disposición, siempre tiene alternativas que ofrecer a comensales indecisos o datos que desvelar sobre los vinos que con mimo escoge. Su carta, interesante y cuidada, sigue en la línea de la cocina. El origen de la mayoría de las referencias es Cataluña, pero también pueden encontrarse interesantes opciones procedentes del resto de la península, Francia o Alemania.
Dispuesto en todo momento a aportar valor durante la elección, una de las virtudes de David reside en su capacidad de sorpresa. Me encanta ese as en la manga que consigue culminar la comida.

En la propuesta gastronómica de Els Casals, además de una variada carta, encontramos dos menús, “La Tierra”, una degustación de platos cuyos productos son de elaboración propia o de productores cercanos, y el “Pequeño Menú”, más corto que el anterior y en el que se incluyen atrayentes alternativas, independientemente de su procedencia.
En mis tres visitas han sido dos las elecciones del menú “La Tierra” y una la del “Pequeño Menú”.
Pretendía hacer una selección de platos, pero hubiese sido tarea complicada decidirse, por lo que nada mejor que ilustrar estas tres ocasiones y mostrar una parte de la esplendidez de este cautivador lugar.

Menú “La Tierra” de Mayo

Tostada con mantequilla de trufa negra y senderuelas laminadas
Sobrasada con panal de miel y pan con tomate
Ensalada de alcachofas fritas, alcachofa hervida, crema de alcachofa y tocino
Col avinagrada con pollo escabechado
Arroz de senderuelas
Ensalada de achicoria
Guisantes guisados con tripla de bacalao y butifarra
El canelón
Rabo de vaca
Paula: crema de limón, helado de chocolate blanco y granizado de apio
Guifré: coulant de chocolate con helado de menta.

Vinos: Thalarn 2012, una de las interesantes propuestas de Castell d’Encús, redondo y sabroso; y para el postre, una de las sorpresas de David, el Arrels del Priorat, un estupendo vino rancio con solera 30 años de pequeñísima producción.

Els Casals Maig14 1 Els Casals Maig14 2“Pequeño Menú” de Julio

Pan con tomate líquido con salchichón
Terrina de ciervo
Burrata italiana, pera, nueces y anchoas
Haba a la brasa con tocino del cuello y cigalas
Huevo de oca con sobrasada
Taco de buey
Flan con helado de crema de leche
Pastelito de manzana con helado de vainilla

Vinos: Orto 2011, un intenso y sabroso Montsant, y otra proposición de David, un denso y goloso Pedro Ximénez de Finca La Cañada, situada en la Sierra de Montilla.

Els Casals Jul14 1 Els Casals Jul14 2Menú “La Tierra” de Agosto

Guindilla del huerto
Sobrasada con panal de miel
Cep laminado
Tomate “teta de monja” con cebolla
Tomate cereza con sardina ahumada
Amanita caesarea (ou de reig) al horno con tocino
Arroz de rebozuelos
Cordero con vinagreta de menta, escalonia y limón
Lengua de ternera
Paula: crema de limón, helado de chocolate blanco y granizado de apio
Flan con nata

Vinos: Ekam 2013. Volvemos a Castell d’Encús, esta vez con un vino blanco con multitud de matices. Riesling y Albariño. Notas cítricas y afrutadas en perfecto equilibrio.

Els Casals Ago14 1 Els Casals Ago14 2

 

Si después de éste post he despertado su curiosidad por conocer algo más sobre Els Casals, cosa que espero, y tienen la mínima oportunidad, visítenles. Descubrirán que aquí el enaltecimiento de un producto humilde y cotidiano es posible, y a bien seguro verán superadas sus expectativas.

 

Restaurant Els Casals
Lugar Casals, s/n, 08517 Sagàs, Barcelona
Tel. 938 25 12 00
www. elscasals.cat/es/

Publicado en Restaurantes | Deja un comentario

LES COLS: la esencialidad del paisaje

Ayer discutíamos con unos amigos sobre estrellas Michelin, grandes restaurantes y buenas opciones en lo que se refiere a la relación calidad-precio. Fue entonces cuando nombré Les Cols, un fabuloso lugar que reúne sin ninguna duda las tres características.
Conozco este restaurante desde el año 2005 y, aunque siempre me ha apasionado su propuesta culinaria, nunca le he dedicado unas líneas.
Hoy cumplo con el cometido pendiente, no sólo recordando un almuerzo memorable sino reivindicando un reconocimiento que considero debería ser mayor.

La cocina de Fina Puigdevall y su mano derecha, Pere Planagumà, ha ido evolucionando desde la discreción con paso muy firme. Es sensata, comedida y honesta con el territorio, su característica más definitoria. El paisaje de la Garrotxa determina una propuesta inspirada en el culto al producto autóctono y la estacionalidad.
La honra a un género humilde y la fidelidad a los orígenes no impide, no obstante, que en Les Cols se utilicen las técnicas más actuales y que sus platos gocen de un fantástico equilibrio entre sencillez y belleza.
Tan importante es la relación con el entorno que, siempre que el clima lo permite, se ofrece al cliente tomar los aperitivos en el jardín. Contexto y alimentos primarios para comer con los dedos.

Salchichón artesanal de Olot, corteza de alforfón, bocadillo caliente de papada de cerdo, blini de alforfón con judías de Santa Pau y un caldo ahumado con espagueti de alforfón son los mejores ejemplos del compromiso de Fina Puigdevall con el paisaje que la rodea.

1 Aperitivos

Tras los primeros bocados, es hora de pasar a la sala en la que Manel Puigvert ejerce de perfecto anfitrión. Atento y cortés en el trato directo, elegante y sosegado en su actuación e impecable como director. Su aportación es imprescindible para adentrarse en la filosofía del restaurante.
De los dos menús que se ofrecen, veamos el escogido en esta ocasión, el que inspira la estación y la naturaleza.

Espárrago verde en tempura de carbón. Imitando al típico calçot, se acompaña de una suave salsa romesco.
La royale de moixernó (perretxico) es de una delicadeza extraordinaria

2 Espárragos y Royale moixernóHuevo fresco del día, con mayonesa y atún. Soberbio.
Patatas de la Vall d’en Bas guisadas, aceite de eucaliptus y ajo frito. Su textura es sorprendente, increíble.

3 Huevo fresco y Patatas guisadasGuisantes a la brasa, tocino y butifarra negra, tres productos muy bien avenidos. Excelente.
Arroz de payés con carrerillas. Intenso y jugoso.

4 Guisantes y ArrozBrandada de bacalao, pilpil, uva moscatel, aceite de guindilla y cortezas. Un clásico de la cocina catalana en una versión celestial. Cremosidad y refinamiento extremo.
Espalda de cordero, leche de oveja y tomillo. Deshuesada y cocinada durante 11 horas a 70º. Conceptualmente genial además de delicioso.

5 Brandada y CorderoLlega la hora de mi perdición, el carro de quesos. Muy diversos, de distintos tipos de leche, diferentes elaboraciones y curación, pero con una característica común, todos son quesos catalanes, como no podía ser de otra forma aquí.

6 QuesosEl anticipo a los postres es una infusión fría de hisopo. Tras ella, un requesón de leche de oveja helado con albahaca. Riquísimo.

7 Infusión y matóRepresentado de manera formidable, el paisaje volcánico. Algarroba, ratafía y alforfón encarnando un postre inspirado en la naturaleza de la Garrotxa. Coherente y grandioso.
Finalmente, amenizando los cafés, la tableta de chocolate y coca azucarada de Els Hostalets d’en Bas.

8 Paisaje volcánico y chocolate
Hasta aquí un extraordinario menú lleno de matices, con platos completamente diferentes, unos livianos, otros potentes, con texturas maravillosas y reiterándome una vez más, con coherencia, mucha coherencia.

Especial mención también para la carta de vinos que es sensacional. Una amplia selección compuesta por referencias que van de lo local a lo internacional y con precios cabales.
En este día, y dado que contamos con muy buena compañía, hemos podido disfrutar de 3 grandes vinos de una bodega cuyos vinos me apasionan, Castell d’Encús, y que fueron un Acusp 2012, un Thalarn 2012 y un Ekam 2013.
Para el postre algo goloso, una copa de Lustau PX «San Emilio» que sobre todo con el chocolate combina muy bien.

Una gran comida, un restaurante racional con una relación calidad-precio excelente, y una inmejorable compañía.

Restaurant LES COLS
Mas les Cols
Ctra. de la Canya, s/n. OLOT (Girona)
www.lescols.com

Publicado en Restaurantes | 4 comentarios

41º Experience: Punto y seguido

Cuando el 30 de Julio de 2011 El Bulli cerraba sus puertas la duda sobre la continuidad de la cocina de vanguardia española invadía los medios. Yo misma pensé no volver a vivir una experiencia similar.
Su fastuosa influencia llegó a eclipsar el panorama culinario y su desaparición parecía frenar una evolución creativa imparable.
Durante estos tres años no sólo se ha ido desvanecido esa incertidumbre sino que en “nuestras cocinas” ya se fragua un prometedor futuro.
También en este período de tiempo el torrente inventivo de El Bulli ha vuelto a tomar forma. Antes del cierre, a principios de 2011, ya abrían la coctelería 41º, reconvertida en 41º Experience más tarde, y el Tickets Bar. En 2013 llegaban el nikkei Pakta y la vermutería Bodega 1900, y hace justo unas semanas lo hacía la taquería mexicana Niño Viejo.
5 locales donde disfrutar de diferentes cocinas, de diferentes propuestas, pero todos ellos con un denominador común, perpetuar la huella de El Bulli.

El pasado 2 de agosto, 41º Experience, el más afín a la “casa madre”, ofrecía la última cena antes de su transformación, y por fortuna yo me encontraba entre los 16 privilegiados que disfrutaron de ella.
A la magia habitual del lugar se le suma la emoción por disfrutar de una cena única, irrepetible.
Como en todas las grandes ocasiones, el cosquilleo en el estómago es inevitable, y la convergencia de sentimientos casi inexplicable. Entusiasmo, impaciencia, felicidad, pero al mismo tiempo pesadumbre por la fugacidad del momento.
Partía de una buena base. Mi anterior experiencia allí, hace algo más de un año, fue fascinante, pero esperaba encontrarme con alguna sorpresa dada la excepcionalidad de este día y la idiosincrasia del lugar.
Esa sorpresa llega antes de lo esperado. Una llave enlazada a una nota espera en la mesa.

Clau

No quiero desvelar su uso, me gusta mantener la emoción, y del escrito, de momento, prefiero quedarme con el fragmento visible:

“Bienvenidos a 41º,
Descubran en nuestra última noche que, a través de los sentidos, tacto, olfato, vista, oído y sobre todo el gusto, alimentarse se transforma en un despertar de texturas, sabores y nuevas maneras de comer utilizando casi siempre nuestras manos.
Nuestro equipo ha preparado para usted una selección de cócteles y pequeños bocados inspirados en el verano. Prepárense para una experiencia diferente donde van a oler, tocar, sentir, coger, romper, descubrir, oír, paladear, beber, emocionarse, reír y, sobre todo, disfrutar”

Dos frases que resumen de manera explícita y gráfica el decurso de la noche. Suficientes para convencerme, por lo que es momento de dar comienzo a esta última experiencia en 41º.
El recorrido, como es habitual, se desarrolla a través de 41 pases, en los que se incluyen uno o varios bocados y diversos cócteles, todos ellos deliciosos.
La muestra, a continuación:

Cocktail de verano.
Almendra con caviar
Colibrí
Crisalida de cereza y regaliz
Hoja de lima
Rosa de fresa
1

Perla de sésamo
Sandia impregnada
Butho

2

Gunkan de atún
Milhojas de atún

3

Ostra y horchata
Berenjena con caviar
Chip de plátano

4

Fideos a la cazuela
Tabla de queso

5

Ferrero rocher
Sotobosque de ceps y parmesano
Pistacho
Frambuesa y grosella

6

Airbaguette de rubia gallega
Jurel y cereza

7

Mejillones a la beurre blanc de yuzu
Pan de codium con esturión al vapor y wasabi

8

Mar y montaña
Suquet

9

Tostada nórdica

10Nitro bloody

11

Ambar de miel de agave y mezcal
Aguachile de gambas

12

Pulpo con kimchee y tentáculos picantes
Nigiri nikkei

13

Ceviche norteño / Atahualpa 2.0
Baggel de pato

14

French bite
Rollito vietnamita de calamar

15

Bahn Mi cookie
Té vietnamita

16

Mousse de almendras y melocotón
Soja-temaki

17

Mató de coco / Tahiquiri /Orejón

18

Fresisuisse
Huevo de dragón / Chai lassi

19

Lemon pie cupcake
Quico rocher
Puro

20

A pesar de la dificultad para hacer buenas fotos dada la tenue luz que predomina en el local, en las imágenes se aprecia la belleza estética de cada bocado y se intuye la creatividad de un equipo que inventa constantes momentos de sorpresa. Pero hay más, mucho más. Ya lo comentaba en el post sobre la cena anterior pero esta noche se repiten muchas de aquellas sensaciones.
Me gustan los guiños a El Bulli, con sabores y propuestas que lo recuerdan, como el trío berenjena-crema de avellanas-caviar, el clásico airbaguette de 2003 o el mar y montaña de pollo y cigala; pero también las estupendas creaciones fruto de los conocimientos de Albert Adrià y su equipo sobre las cocinas del mundo. Thailandia, México, Perú, Japón, Francia …
La fabulosa puesta en escena y un ritmo que no cesa pero que no abruma.
Un atento y profesional servicio y un largo etcétera de detalles que cierran un círculo perfecto, sin fisuras.

El servicio del vino, atendido por Cristina Losada, no podía ser menos. Una carta corta pero con propuestas muy interesantes.
Para esta noche los elegidos fueron un espumoso de Castell d’Encús, Taïka 2009, tan estupendo como todo lo que hacen en esta fantástica bodega de Costers del Segre, y un Jerez, un fabuloso Navazos Niepoort 2011.

Llegado este momento, Albert descrubre el contenido final de la nota. Expectante y abrumada atiendo el desenlace.

“No es una despedida, es un hasta luego, y es por ello que les entregamos esta llave que abrirá el nuevo Enigma.
Les invitamos a formar parte de esta nueva etapa que dará comienzo en 2015…”

No hay discusión posible, ahí nos veremos de nuevo.

Más información sobre el grupo en http://es.bcn50.org/

Publicado en Restaurantes | Deja un comentario

El Celler de Can Roca, un feliz reencuentro

La distancia de casa a Girona, unos 50 kilómetros, se convierte en infinita en esta ocasión. A la emoción de otras veces se le añaden nervios, deseos incontenibles por sacarme una espina clavada.
Esta vez, más que nunca, las expectativas superan la utopía. No concibo otra cosa que volver a tener una experiencia plena a la altura de una gran casa como esta. Como siempre fue habitual, a excepción de la última vez.
El título de mi post, dichosamente, evidencia el desenlace.

El perfeccionismo que siempre vi patente se muestra en todo su esplendor en un menú que combina la característica elegancia de los hermanos Roca con grandes dosis de imaginación, creatividad e incluso con sentido del humor.
La sutileza de algunos platos se ve sorprendida por la intensidad de otros, siempre de manera discreta, sin estridencias, fieles a la rigurosidad y congruencia usuales.
La calidad del producto es incontestable, como también su exquisito trato, y la armonía en el plato es el fiel reflejo de una cocina meditada a la vez que técnica.
Su punto débil, la relación con el cliente. Además de no gestionar de manera eficiente la base de datos sobre clientes, tienen un importante camino que recorrer en lo que se refiere a comunicación. Un servicio de sala eficiente es aquel que intuye la distancia que marca el comensal o bien la cercanía que demanda.
En esta ocasión, no obstante, aparte de complaciente, observo una sala más precisa, asentada y coordinada que en mi última visita. Puede que el peso del número 1 se convirtiese en una traba, o que perderlo les haya estimulado. Quizás simplemente hayan superado la presión de estar en el punto de mira. Sea como fuere, todo apunta a que esta será una gran comida.

Las primeras dosis de ingenio nos llevan a comernos el mundo a través de cinco exóticos aperitivos.
Descubrimos Méjico a través de un burrito de mole poblano y guacamole, Perú con un caldo de ceviche, China con unas verduritas encurtidas con crema de ciruelas, Marruecos con unas almendras con miel, azafrán, ras el hanout, rosa y yogurt de cabra y Corea con un pan frito con panco y panceta cocinada con salsa de soja, tirabeques, kimchi y aceite de sésamo.
Un clásico ya en El Celler és el bonsai que alberga las deliciosas aceitunas caramelizadas, ocurrente y sorpresivo para quien lo ve llegar a la mesa por primera vez.
Recurrentes son también el crujiente de camarones y el bombón de carpano con pomelo y sésamo negro, aunque me encanta repetirlos, y afortunadas las nuevas versiones de la tortilla, esta vez de caviar de arenque, el bombón y el brioche, ambos de perrechico en esta ocasión. Deliciosos.
Le siguen dos nuevas creaciones, un escabeche de percebes al laurel y albariño y un ceviche de langosta, extraordinarios.

Aperitivos1Aperitivos2
Entrando en materia, exultante de la sensibilidad que impera en esta casa, un sublime consomé vegetal a baja temperatura con brotes, flores, hojas y fruta.
Y convertida ya en icono, una maravillosa comtessa de espárragos blancos y trufa que rebosa genialidad y me apasiona.

Consomé vegetal y ComtessaPerfección técnica y pureza. El respeto hacia producto emociona y el equilibrio de sabores sorprende. Un gran ejemplo de ello es la caballa con encurtidos y botarga. Pero no hay que olvidarse de la belleza, un atributo cada vez más destacable. La ensalada de anémonas, navajas, espardeñas y algas escabechadas es uno de los platos que mejor ha evolucionado, no solo en presentación sino también en sabor. Cautivador.

Caballa y Ensalada anémonas Dos de los productos fetiche en El Celler son los protagonistas de las siguientes creaciones. La gamba de Palamós, representada en un plato llamado “Toda la gamba”, como siempre hecha a la brasa muy ligeramente, servida casi cruda. En esta ocasión la cabeza se substituye por su propio jugo con algas en el que se aprecia toda su esencia, y por un bizcocho de plancton y agua de mar. Un espectáculo.
Y la cigala, presentada pelada en un bol que alberga unas rocas candentes que rociadas con Palo Cortado desprenderán el vapor que no sólo dará la temperatura idónea al crustáceo sino que lo aromatizará. Se acompaña de un caramelo de Jerez y la velouté de su propio bisqué. Un fabuloso plato que integra cocina, vino y sala.

Gamba y Cigala

 

 

La simplicidad y la brillantez se abren paso de nuevo con la raya confitada con aceite de mostaza. Excepcional punto de cocción y fabulosos matices. Miel, vinagre de chardonnay, mostaza aromatizada, bergamota, alcaparras confitadas y avellana ahumada.
En el Celler también juegan al despiste y la ocurrencia y el ingenio quedan patentes en su propuesta. Su mejor representación es un portentoso mar y montaña imposible de descifrar a simple vista. Una aparente sardina que en realidad es una papada disfrazada con la piel de la sardina, acompañada del caldo de sus espinas a la brasa y jugo de cochinillo. Absolutamente brillante.

Raya y Sardina

 

La complejidad, armonía y belleza del Mandala especial son proporcionales al placer de degustarlo. Flor de alcachofa, ventresca de cordero lechal, mollejas de cordero, yogur de curry, remolacha, espinacas, nabo, limón, mandarina y boniato, todo en perfecta unión.

Mandala EspecialUna tras otra prosiguen las sorpresas. Cada nuevo plato consigue asombrarme y los elogios no son suficientes para transmitir su grandeza.
Jugosidad extrema es lo que atesoran las excepcionales colmenillas con jarrete de ternera, tuétano, tendones, aguacate terroso y habitas. Sabor y suntuosidad la trilogía de pichón. Su encarnada pechuga acompañada del corazón, una nube de arroz, morcilla y el caldo de la propia ave, resulta una composición absolutamente gloriosa.

Colmenillas con jarrete y Trilogia de pichón

 

Si la cocina salada de El Celler de Can Roca emociona, su cocina dulce corona la experiencia. Las propuestas de Jordi, el número 1 mundial, tampoco dejan indiferente. Su creatividad y talento rozan el infinito, y el carácter lúdico que aporta a los postres es un rasgo vital.
El helado de masa madre con pulpa de cacao, lichis salteados y macarrons de vinagre de Jerez y su nuevo emplatado en movimiento arrancan las risas en la sala. Un postre vivo, alegoría a lo que representa.
La manzana de feria me transporta a la niñez. Caramelo relleno de crema de manzana de feria y acompañada de un bizcocho de pistacho, arena de castaña y hojas de cacao.
La anarkia de chocolate concluye con maestría un sobresaliente recorrido. Puro chocolate, intenso pero de una ligereza cautivante. Un fin de fiesta definitivamente pecaminoso.

Postres

 

A la lista de alegrías de este menú, esta vez debo sumarle un maridaje que me ha entusiasmado, con vinos muy de mi agrado, como los blancos alemanes, excelentes vinos de Borgoña y Burdeos, alguna joya nacional como el Viña Tondonia o el Cune Imperial y muchas otras sorpresas cautivadoras. Nunca antes disfruté como en esta ocasión de la selección de vinos de El Celler.

Maridaje

Vins

Antes del final, siempre queda un pequeño espacio para el carro de las golosinas. Riquísimas, a la altura de su artífice.

Carro y chuches

Satisfecha concluyo  reafirmándome en  mi frase preliminar, y es que esta ha sido realmente la crónica de un feliz reencuentro.

 

 

El Celler de Can Roca
c/ Can Sunyer, 48. Girona
Tel. 972222157
www.cellercanroca.com

 

 

Publicado en Restaurantes | 4 comentarios

ETXEBARRI: la seducción de las brasas

Si me preguntan hoy por un restaurante en el que se sirva el mejor producto en estado puro mi respuesta sería clara y contundente, Asador Etxebarri.
En sus platos se degusta el territorio en su sentido más amplio, sencillo y honesto.
La fórmula mágica de la cocina de Etxebarri conjuga una excelsa materia prima y el máximo respeto hacia ella.
El mar, la huerta y el prado como protagonistas indiscutibles, y Bittor Arginzoniz aportando con virtuosismo el toque justo de parrilla.
Tras una aparente simpleza se encierran grandes dosis de talento y un bagaje que le hacen ser considerado el progenitor de la alta cocina de la parrilla.

La primera vez que visité a Etxebarri he de reconocer que lo hacía sin saber bien donde iba. Un amigo donostiarra me comentó haber escuchado maravillas de su chuleta y la curiosidad me llevó hasta allí. La carne fue excelente, cierto, pero el descubrimiento fue mucho más allá. Después vinieron otras ocasiones, esas ya con ideas claras. A parte de la carne, las ostras, los percebes o el caviar a la brasa fueron toda una revelación.
Desde entonces, y más aún después de esta última ocasión, pienso que en este asador se hace una de las cocinas más genuinas del país.
Los diferentes tipos de leña que Bittor utiliza dependiendo del producto, los artilugios que ha creado para brasear determinados alimentos, la huerta propia o la obsesión por proveerse del mejor género, además de lo comentado, le diferencian y enaltecen.
La sala, dirigida por la esposa de Bittor, ha ganado en calidez y atención, algo que consideraba su asignatura pendiente hasta hoy. Se cierra asi el círculo de lo que creo debe suponer una experiencia de esta envergadura.

El menú alberga cada vez más sorpresas. En esta ocasión, una maravillosa mantequilla de cabra y sal negra, ahumada como no en la parrilla, da la bienvenida a un sobresaliente recorrido.
La mozzarella de búfala, la anchoa al salazón sobre tosta de pan o el  chorizo elaborado con magro de cerdo ibérico de bellota completan un preludio muy notable.

AperitivosPero al llegar el primer plato se revela toda la esencia de Etxebarri. La ostra con espinaca, ligeramente templada, es esplendida. El toque ahumado es lo suficientemente sutil para que siga aflorando su gusto marino.
Paradójicamente, aún teniendo este producto al alcance, las gambas de Palamós son las mejores que jamás degusté. Simplemente perfectas.

Ostra espinaca y Gambas Palamós

Los fabulosos pulpitos con cebolla caramelizada y su tinta, delicados y gustosos, dan paso a un revuelto de zizas de cremosidad inverosímil con el que llega el punto más álgido. No hay revuelto comparable.
Pulpitos y Revuelto zizas

En otra versión, las zizas con caldo de espárragos son toda una declaración de culto al producto de temporada, como también lo son los guisantes con su jugo, probablemente uno de los platos más sencillos pero más sinceros. Recién recolectados de la propia huerta, braseados unos instantes y acompañados del jugo de sus vainas. Una naturalidad que emociona.

Zizas con caldo espárragos y Guisantes

Magistral es el mero con verduras, y la siempre esperada chuleta de vaca. Excelso producto que en manos de Bittor consigue llevarme a la cima de esta experiencia.

Mero y Chuleta

La genialidad también está presente en los postres. El helado de leche reducida con infusión de frutos rojos y el soufflé de chocolate dan por finalizado un almuerzo deslumbrante.

Postres

Hay poco más que añadir después de este alarde de grandeza. Etxebarri no es un asador cualquiera, Bittor Arginzoniz es el rey de la parrilla.
Si tienen oportunidad, no se lo pierdan.

Asador Etxebarri
Plaza de San Juan, 1
Atxondo, Bizkaia
Tel. 946583042
http://www.asadoretxebarri.com

Publicado en Restaurantes | Deja un comentario