No hace falta que diga que la apertura de cada nuevo establecimiento bajo la batuta de Albert Adrià es siempre objeto de deseo para mí y que, por supuesto, visitarlo se convierte en todo un acontecimiento.
Claro está que el factor sentimental juega un papel primordial en esas ganas desmesuradas por descubrir cada novedad, pero desde un punto de vista objetivo es incontestable que la gestión empresarial de los hermanos Adrià e Iglesias es impecable y que el nivel de calidad y servicio más que probado.
Con Bodega 1900 ya van cuatro, y con perspectivas de seguir creciendo en breve, aunque de eso ya hablaremos en su momento.
La Bodega 1900 se anuncia en su web como una «vermutería», o lo que la mayoría de nosotros creo que entenderíamos como un bar donde ir a tomarse un vermut y algo de picar a una barra. Pues bien, sí y no. SÍ porque la idea está ahí, el vermut, las tapas, el aperitivo, que son la base sobre la cual gira el negocio, pero NO porque la cultura de la casa se fundamenta siempre entorno a una mesa. No hay por tanto barra, pero sí mesas de mármol y sillas de madera al más puro estilo de los bares de barrio de hace algunos años. El interiorismo, cuidado al más mínimo detalle como en el resto de locales del grupo, se completa con suelos de baldosas antiguas que parecen llevar años allí, cuando solo hace unos días que están siendo pisadas.
La Bodega 1900 es en estos momentos el único de los cuatro establecimientos del grupo BCN 5.0 al que es posible acercarse sin reservar mesa vía web por lo que si tienen oportunidad no se lo piensen. No hagan, no obstante, mucho caso de los precios medios que corren por la red, ya que todo depende de la gula de la que ustedes pequen. La mía es inmensa y con precios medios como los que he visto de 20 € no dan para satisfacer el placer de descubrir una carta en la que dos imprescindibles ya superan ese importe.
Lo propio para abrir boca no es otra cosa que pedir el Vermut de la casa, y para acompañarlo algunas buenas opciones, entre otras, pueden ser unas cortezas de cerdo gigantes con especias picantes y unas algas crujientes, nori con sésamo blanco, ambos snacks de elaboración propia, o unas aceitunas, como no!!! La insigne aceituna esferificada se sirve en la Bodega 1900 en dos versiones, la rellena de anchoa y la gordal con piparra. Aun conociendo lo que en su día fue uno de los grandes descubrimientos de El Bulli, no puedo resistirme.
Continuamos con una excelsa anchoa San Filippo, en su punto justo de sal y perfectamente limpia, y unas ostras Gillardeau nº 5 excepcionales.
Una de las mejores elecciones de este “vermuteo” es sin duda la caballa ahumada. La ahúman en un horno Josper y la sirven fría aderezada con aceite y una pizca de sal. Es soberbia.
Y qué decir del jamón ibérico de 5 años Joselito? pues que es un obligado también en este lugar. Acompañado con un crujiente pan de coca con tomate es uno de los mayores placeres que conozco.
Es momento ahora para una cervecita, una Estrella, marca habitual de la casa, y es que aunque en la carta de vinos hay referencias interesantes, pocas por tratarse evidentemente de una bodega, creo que la cerveza marida muy bien con estos platos.
Otro bocadito ibérico, también buenísimo, es la croqueta de jamón, aunque si hablamos de deleites los molletes son otro “must” de la carta. El mollete de muslito de pollo con especias está riquísimo pero el de calamares picantes es sorprendente además de sabroso. Se acompaña con allioli y salsa kimchi y es todo un guiño al típico bocata de calamares en una versión de lo más renovada y audaz.
Antes de los postres, otro portentoso plato estaba por llegar. Grandioso producto simplemente asado al horno de carbón, la pluma ibérica. Acompañado con unos pimientos rojos asados resulta espléndido.
Y llega la hora dulce, momento en el que por una parte hago caso a una sugerencia y por otra a mi afinidad a uno de los productos. En mi decisión no tropiezo, pues el “recuit de drap” con higos y miel es excepcional, pero dejarme guiar por la sugerencia de una de las personas del equipo sí que ha sido un acierto, ya que la recomendación es el melón con vermut blanco, una tajada de melón impregnada con vermut blanco y aderezada con ralladura de lima, servida bien fría y cortada en trozos. Impresionante, la mejor manera de finalizar esta experiencia.
Bodega 1900
C/ Tamarit, 91. Barcelona
Tel. 93 325 26 59
http://es.bcn50.org/